A finales del siglo pasado nace y cobra ímpetu la filosofía empresarial de la responsabilidad social corporativa o RSC, que se traduce en que las empresas asuman la responsabilidad de los efectos que producen a nivel social, económico y medioambiental, y se comprometan a aumentar su impacto positivo y reducir el negativo.
El discurso de la responsabilidad se repite muy a menudo como un factor que posiciona favorablemente a la empresa entre sus competidores. Sin embargo, se suele obviar el efecto que tiene en la propia empresa, en especial en la gestión del talento. Hay tres razones por las que la práctica de la responsabilidad social corporativa contribuye a seleccionar y retener al mejor talento, una ventaja que a su vez hace notar sus efectos en la eficiencia y resultados de las empresas.
- La RSC tiene en cuenta el bienestar de los empleados
A la hora de desglosar la responsabilidad de la organización, uno de los ámbitos donde esta se debe hacer notar es la experiencia del empleado. La fuerza de trabajo son un sector de stakeholders, o partes interesadas, fundamental en el entorno de influencia de la empresa, y como tal esta debe preocuparse por fomentar el efecto positivo que provoca en ellos y reducir los elementos negativos. Así, los candidatos se verán atraídos por una organización que prioriza su bienestar, y se verán inclinados a quedarse en la empresa una vez comprueben que esta valora su contribución, premia sus méritos, y se preocupa de proporcionar una buena experiencia de trabajo.
- La alineación de valores resulta atractiva
Hoy en día la fuerza de trabajo no solamente busca un empleo que le proporcione un sueldo. También buscamos satisfacción personal y autorrealización, y esto se consigue en gran medida trabajando para un organismo que comparta y fomente los mismos valores que nosotros mismos predicamos. Así, las empresas que defienden valores sociales en su práctica organizativa tendrán la oportunidad de atraer a los mejores candidatos, quienes preferirán asumir una posición en ellas que en sus competidores que no estén comprometidos con sus mismos principios.
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- La RSC supone una ventaja competitiva
Además de los efectos positivos que tiene la práctica de la responsabilidad social dentro de la empresa, no nos podemos olvidar de sus efectos externos. Está comprobado que las organizaciones que asumen su responsabilidad y trabajan por cumplir con sus deberes sociales y medioambientales ganan una ventaja frente a la competencia, ya que los propios clientes y usuarios estarán más dispuestos a consumir sus productos o servicios antes que los de empresas que no hayan adoptado este compromiso. Así, el negocio de las empresas responsables crecerá frente a las que no lo son, ofreciendo a los empleados la oportunidad de desarrollar su carrera en un entorno dirigido al éxito.
- La RSC también requiere la ayuda del empleado
Las empresas a menudo ejercen su responsabilidad a través del voluntariado de sus empleados en causas que importan a la cultura corporativa. Colaborar en ellas crea en los empleados una sensación de utilidad y satisfacción que contribuye a su sentido de la autorrealización y fomenta su felicidad en su trabajo. Una experiencia de creación de valor para los demás y de satisfacción con uno mismo será un factor de peso a la hora de crear engagement en los empleados, que apreciarán los beneficios que les ofrece su trabajo en esa empresa.
En definitiva, queda en el pasado la época en la que las empresas podían solo dedicarse al beneficio económico. Hoy, si quieren convertirse en actores de peso en el panorama corporativo global, deben asumir su responsabilidad para con su entorno interno y externo, y hacer esfuerzos por tener una influencia positiva en ambos. Y esto es algo que la fuerza de trabajo moderna reconoce y exige de un empleador, y un factor a tener en cuenta a la hora de crear la estrategia de gestión del talento.
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