El inicio de la pandemia COVID-19 ha hecho inevitable el cambio al teletrabajo para las empresas no esenciales. Para los empleados, los desafíos a los que se enfrentan, están bien definidos: desde equilibrar el trabajo con el cuidado de los niños hasta comprometerse sin amigos cerca. Para los líderes, mientras tanto, un aspecto clave entre sus preocupaciones ha sido la productividad. Desde los últimos meses, muchos jefes siguen sin estar seguros de que sus equipos trabajen con la misma eficacia fuera de la oficina. Algunos han llegado a controlar las horas de trabajo de los empleados a través de una infinidad de métodos que van de lo práctico a la controversia.
Pero mientras los líderes debaten la practicidad y la longevidad del teletrabajo, los trabajadores prosperan. Según el estudio realizado por la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, en colaboración con Fundación Másfamilia, sobre la experiencia de teletrabajo durante el confinamiento revela que las mujeres han encontrado mayores problemas que los hombres a la hora de conciliar la vida personal con la laboral. En una clasificación del uno (pocas dificultades) al diez (muchas dificultades), las mujeres se sitúan en una media de 3,28, mientras que los hombres se mantienen en el 2,95.
Otras fuentes de datos sobre el teletrabajo están deduciendo algunas percepciones interesantes que pueden ayudar a dar forma a la política de la plantilla en el futuro. ¿Se llegará a un consenso? La definición de productividad previa al COVID-19 ya no se aplica. Cada vez más, la productividad tendrá que medirse por los proyectos realizados y los objetivos alcanzados, no por las horas trabajadas. Pero lo más importante es que la productividad de los trabajadores no se desbloqueará a través de la vigilancia o el monitoreo. Más bien, los empleadores deben dotar a sus equipos de datos para que puedan impulsar su propia productividad. Sin duda, se trata de un reto que superar porque el estudio arriba mencionado asegura que el 55% de las personas trabajadoras no había teletrabajado antes de la llegada del coronavirus.
Los empleados son más productivos cuando tienen el control
Incluso en medio de la interrupción de COVID-19, los trabajadores de todas las industrias han sido capaces de mantener de alguna manera la calidad del rendimiento. ¿Por qué? Ya no están atados a un número determinado de horas en la oficina. En cambio, la gente trabaja durante los momentos en que son más productivos a nivel individual.
MyRoofingPal, una empresa que hasta hace poco se adhería a una semana laboral tradicional de cinco días, ha pasado a una semana de cuatro días después de notar patrones clave en el rendimiento de los empleados los viernes. "Antes de pasar a las semanas de cuatro días, notamos que tanto la cantidad como la calidad del trabajo disminuyó más tarde durante la semana. También recibíamos más solicitudes de días libres los viernes que cualquier otro día de la semana. Al pasar a cuatro días de 10 horas, mejoramos la productividad. Desde el cambio, recibimos menos solicitudes de días libres en general, también", explica Jesse Silkoff, el co-fundador de la compañía.
En pocas palabras, identificar los momentos del día en que son más productivos ayuda a los empleados a trabajar mejor.
La responsabilidad permite empoderarnos y es liberadora y energizante, como destaca Michael Gordon, fundador de CareerCloud. "Cuando nadie me vigila por detrás del hombro sobre cómo gestiono mi tiempo, acabo boxeando mejor el tiempo, y hago más trabajo cada hora. Existe este ciclo de auto-refuerzo: Estoy trabajando, me siento bien, así que no me siento mal por hacer ejercicio durante el mediodía, o incluso por tomarme un medio día libre extra para jugar con mis hijos, entonces te sientes fresco y rejuvenecido y es como si mi vida estuviera en equilibrio", explica.
¿Pero cómo pueden los empleados tener una mejor idea de cuándo trabajan mejor? Aunque la vigilancia obligatoria y otros controles pueden parecer invasivos, alentar a los trabajadores a examinar voluntariamente el tiempo en beneficio propio podría resultar rentable. "Los empleados que registren su tiempo estarán más en sintonía con sus horas de máxima productividad, lo que les ayudará a programar mejor sus tareas del día. Los líderes, por otro lado, pueden utilizar estos datos para tener una visión más amplia con el fin de conocer las pérdidas de tiempo de la organización, los empleados de mayor rendimiento, los esfuerzos más rentables de la empresa y mucho más", dice Miguel Guardo, jefe de satisfacción del cliente en BeeBole, un proveedor de controles de asistencia.
Para la máxima productividad, el trabajo debe caer en dos cubos
Si bien los datos sugieren que los empleados busquen formas de ser eficientes y eficaces en un entorno remoto, los expertos coinciden en que los entornos de oficina desempeñan un papel importante en la productividad. Especialmente para los trabajos creativos, las interacciones colaborativas en persona (lluvias de ideas, discusiones improvisadas) son críticas para el éxito. Con la incertidumbre que se cierne sobre COVID-19, es probable que, aunque las restricciones disminuyan, muchos trabajadores tengan que trabajar a distancia al menos parte del tiempo. Pero los desafíos del trabajo a distancia no desaparecerán: hay distracciones, la colaboración es limitada y el agotamiento puede aparecer.
Cameron Powell, CEO de High Performance Story y cofundador de Humancentric Labs, lidera un esfuerzo que surge en Silicon Valley para estudiar los hábitos de trabajo de los empleados en la "nueva normalidad". Junto con el London School of Economics y Collabworks, Humancentric Labs está llevando a cabo una encuesta continua para evaluar los cambios que el COVID-19 ha provocado en las oficinas y en el estilo de trabajo. Los hallazgos preliminares sugieren que lo mejor es una mezcla de trabajo desde casa y compromiso con los compañeros, según el Laboratorio Humancéntrico.
"Las empresas tendrán que dividir el trabajo en dos tipos básicos: el trabajo de colaboración, que es más productivo cara a cara, y el trabajo de enfoque profundo, que puede hacerse en casa, en un espacio de trabajo conjunto o en una cafetería", dice Powell.
Los líderes que buscan información inmediata sobre sus empleados también pueden hacer algunos cambios simples. Realizar una encuesta para evaluar cómo se sienten los empleados sobre su carga de trabajo, cómo están enfrentando el cambio y si están en un estado mental positivo. Actúa en función de los resultados ofreciendo herramientas de ayuda, como materiales de formación que fortalezcan la adaptabilidad o información sobre el programa de bienestar de tu empresa.
Y por encima de todo, capacitar a los empleados con acceso a sus propios datos. Ya sea que se trate de la comprensión de los patrones en sus controles de tiempo, o una ojeada sobre cuánto tiempo pasan con el LMS de su organización, la información es poder. De esta forma es posible prepararlos para el éxito y ayudar a que su negocio prospere también.
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